··La única religión válida es aquella que no contradice la esencia del individuo y su condición como ser humano··
martes, 17 de abril de 2018
LAS CONFESIONES de San Agustín de Hipona
Traducción, introducción y notas de Agustín Uña Juárez
Ed. Tecnos, 2006, Madrid.
La obra de Las Confesiones está dividida en XIII libros y se dirige principalmente a Dios. La fecha de su composición oscila entre los años 397 y 401. Se podría decir que se establece un diálogo entre San Agustín y Dios que se asemeja, en cierto modo, al diálogo ideal socrático que está vinculado con el fin de lograr la verdad, con la única diferencia de que no es un diálogo entre dos individuos sino más bien uno entre un individuo (hombre) y un ente trascendental (Dios) a través del espíritu (acto introspectivo). El primer libro de la obra comienza con una invocatio, una plegaria dirigida al Señor que refleja los sentimientos y el propósito principal de la obra.
San Agustín narra los acontecimientos de su vida pasada con la intención de comprenderla, y hallar el sentido de la misma. Además, la obra versa sobre las cuestiones relacionadas con la existencia del ser humano y la existencia de Dios.
¿Cómo se define el concepto de confessio? La obra es básicamente una confesión oracional: Agustín se concibe como un ser dotado de pecado y de maldad, y que para hacer frente a ello precisa confesarse. El propósito de la confesión es la adquisición de la gloria divina: la evocación y expresión de la memoria sobre su pasado pleno de maldad vendrían a estar motivados por la exaltación del Dios providente y liberador. En su confesión S. Agustín se reconoce como un sujeto de culpa y pecado, por lo que está implicada una suerte de penitencia, arrepentimiento o metanoia. Su conversión supuso un cambio radical: acogió la vida bajo la promesa de la misericordia providente y la salvación (consummatio).
La confessio exige sincerarse ante Dios hasta el yo pecador presente en el fondo de todo ser humano y proclamar la excelencia gloriosa de Dios. Es imprescindible el reconocimiento, pues sin reconocimiento no hay confesión. El significado de confessio reúne además la puesta en manifiesto de la culpa y la celebración de la gloria divina.
S. Agustín invita al hombre a « reconocer, cantar y celebrar la gloria de Dios por su excelsa providencia y su excelente Ser» [p. 94, cita textual de A. Uña Juárez]. En conclusión, se podría decir que esta obra es una expresión de agradecimiento, alabanza hacia Dios y reconocimiento.
Atendiendo la estructura de la obra, se pueden establecer dos enfoques. Desde una perspectiva global, la obra se divide en dos etapas principales marcadas por la trayectoria del alma: el descenso por el pecado y el retorno ascensional por vía mística. Por otro lado, considerando la estructura interna de la obra, se pueden establecer tres partes:
- Libros I-IX: hacen referencia al pasado de S. Agustín > nacimiento, infancia y primer encuentro con Dios (Libro I), alejamiento de Dios en la adolescencia y juventud (Libros II-IV), y proceso gradual de conversión y reencuentro con Dios (Libros V-IX).
- Libro X: muestra el estado del alma presente de S. Agustín en el momento de redacción de la obra.
- Libros XI-XIII: recogen la finalidad de todo el escrito: glorificación de Dios (conditio: creaturalidad y temporalidad del mundo). Son tres libros de exégesis bíblicas que propusieron gran controversia con respecto a la finalidad de su estructura y su inclusión dentro de la obra de Las Confesiones. Ciertos teólogos consideran que estos últimos libros unifican la idea global de la obra y abordan el aspecto unitrino de Dios.
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