lunes, 7 de mayo de 2018

AL-FÂRÂBÎ



Aspectos sobre su vida...

Fue conocido como Abū Naṣr Muḥammad ibn al-Faraj al-Fārābī o al-mu‘allim al-tânî (“Maestro segundo”). No se constata la fecha exacta de su nacimiento, pero según nos indica Ibn Jalliqân murió alrededor de los ochenta años, en el mes de raŷab del año 339 (950), y por lo tanto la fecha de su nacimiento rondaría cerca del año 260 (871) en Transoxiana. Su primera formación también es desconocida.

Cuando se trasladó a Bagdad, conoció a importantes maestros, entre ellos Yûhannà b. Haylân, que se trataba cuestiones sobre lógica y fue médico nestoriano. Luego conoció también al famoso lógico y traductor Abû Bišr Mattà b. Yûnus, que también era nestoriano.
Al-Fârâbî estudió medicina (aunque nunca llegase a ponerla en práctica), matemáticas y música, de la cual fue uno de los primeros y más importantes teóricos de la época medieval. En Bagdad, estudió gramática con uno de los más importantes maestros de dicha disciplina, Abû Bakr al-Sarrâŷ, al mismo tiempo que éste aprendía sobre lógica de parte de al-Fârâbî.

Algo a destacar de al-Fârâbî fue su afinidad por el movimiento šî‘í. Los biógrafos Ibn Jallikân e Ibn Abî Usaybi‘a señalan en hacia el año 330 (942) al-Fârâbî abandonó la ciudad de Bagdad y se trasladó a Siria, gobernada por el soberano hamdaní Sayf al-Dawla, hasta la fecha de su muerte. Se podría sospechar que la razón de su traslado fue marcada por la mala situación del califato sunní de Bagdad, y que, por lo tanto, consideró el gobierno de al-Dawla como gobierno virtuoso (Madîna fâdila). En los salones de la corte del soberano al-Dawla se reunían hombres eminentes dedicados a las ciencias, poetas y filólogos. En un viaje hacia Egipto, gobernado por el imperio fâtimí (también vinculado al movimiento šî‘í), Abû Nasr compuso, según Abî Usaybi‘a, unos fusûl (Secciones o capítulos) de su obra Kitâb al-madîna al-fâdila, y acabó su obra Kitâb al-siyâsa al-madaniyya.

Los últimos escritos de al-Fârâbî, según los biógrafos, fueron de carácter político e intentaban abordar una suerte de reforma de gobierno en tanto que se rechazaba en dicho gobierno la oficialización de la ideología sunní. De ese modo, Abû Nasr se sentía más atraído por la filosofía griega, como vía de acceso a la verdad, que por la mera revelación, pues éste veía la filosofía como algo universal (incluso aplicable para los propios musulmanes) y como solución a los problemas políticos del estado islámico de su época.

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