Sobre su vida...
Esta biografía está obtenida de su obra Consolidación de la filosofía, por parte de la editorial "El Cid Editor". Su nombre completo es Anitius Manlius Torquatus Severinus Boethius, nació el año 480 (o poco después) del linaje de los Anicii, durante el reinado de Odoacro, caudillo germánico que había puesto fin al Imperio romano de occidente destronando a Rómulo Augústulo. Desde muy joven estudió en Atenas las doctrinas de Platón, Aristóteles y los estoicos. Movido por la fama de su sabiduría, le nombró consejero (y probablemente cónsul), en 510, el emperador ostrogodo Teodorico, que en el año 490 se había proclamado rey, tras derrotar a Odoacro. Pero el año 524, por causas no bien conocidas, lo procesó y martirizó el mismo emperador. Murió Boecio alrededor del año 525 en la prisión de Pavía (Ticinium).
Boecio quiso traducir al latín toda la obra de Platón y Aristóteles y demostrar que sus filosofías pueden conciliarse, como creían la mayoría de los neoplatónicos, pero de este proyecto sólo nos quedan diversas traducciones de Aristóteles y varios comentarios. De las primeras, v. gr.: la traducción de las Categorías (y la Isagoge o introducción de Porfirio a esta obra), del tratado De la Interpretación , de los Tópicos y los dos Analíticos ; acaso haya hecho también la traducción de otras obras del Estagirita. De entre los comentarios figuran los dos de la Isagoge, dos del libro De la Interpretación y los de las Categorías, los Tópicos , los Analíticos y los Razonamientos sofísticos . También comentó los Tópicos de Cicerón . Boecio es, asimismo, autor de varias obras originales sobre lógica, matemáticas y música, y de varios opúsculos teológicos de contenido cristiano cuya autenticidad había sido puesta en duda, aunque parece establecida definitivamente desde los estudios de Krieg y, sobre todo, de Usener, que publica por primera vez un escrito de su contemporáneo y discípulo Casiodoro, donde asigna, efectivamente, estas obras a Boecio.
La autoridad de Boecio durante la alta Edad Media fue inmensa, y sólo puede compararse a la que ejercieron Aristóteles y San Agustín, pues es casi el único transmisor de la filosofía peripatética hasta fines del siglo XII, de la que sólo se conocía la lógica, la metodología y un resumen de la ontología. Él fue quien suscitó la cuestión de los universales, que llena todo aquel período, y quien enseñó a los filósofos medievales los géneros filosóficos de la interpretación y el comentario que llegaron a ser característicos. Y en su libro De consolatione philosophiae ofreció a la conciencia cristiana un sistema racional de teodicea que no contradecía al dogma; por eso llegó a ser uno de los libros más leídos, comentados e imitados de toda la historia de la filosofía, mereciendo su autor el dictado de “noster sumus philosophus”. Hoy podemos ver en Boecio al primer escolástico, pero también al último romano.
La autoridad de Boecio durante la alta Edad Media fue inmensa, y sólo puede compararse a la que ejercieron Aristóteles y San Agustín, pues es casi el único transmisor de la filosofía peripatética hasta fines del siglo XII, de la que sólo se conocía la lógica, la metodología y un resumen de la ontología. Él fue quien suscitó la cuestión de los universales, que llena todo aquel período, y quien enseñó a los filósofos medievales los géneros filosóficos de la interpretación y el comentario que llegaron a ser característicos. Y en su libro De consolatione philosophiae ofreció a la conciencia cristiana un sistema racional de teodicea que no contradecía al dogma; por eso llegó a ser uno de los libros más leídos, comentados e imitados de toda la historia de la filosofía, mereciendo su autor el dictado de “noster sumus philosophus”. Hoy podemos ver en Boecio al primer escolástico, pero también al último romano.
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